Día 20
Hace unos años tuve el privilegio de visitar la tumba del Beato Jerzy Popieluszko en Varsovia, la capital de Polonia. Jerzy Popieluszko fue ordenado sacerdote en 1972 y acompañó a los estudiantes de medicina de Varsovia como capellán, y al personal sanitario como sacerdote responsable de esta área de Pastoral de la Salud en la diócesis de Varsovia. En 1980 comenzó su trabajo apostólico con los obreros acompañando activamente a los trabajadores del recién creado sindicato obrero católico Solidarnosc (Solidaridad), liderado por Lech Walesa. Los obreros polacos se oponían, una vez más, al comunismo.
El Padre Popieluszko proporcionaba en sus homilías indicaciones de orden espiritual y moral en respuesta a los problemas sociales, políticos y morales del momento. Ofrecía una respuesta de fe ante las injusticias, las torturas y la violación de los derechos humanos fundamentales, ante el ateísmo y la inmoralidad impuestos, ante el sometimiento y la violencia que sufría el pueblo. Exponía la doctrina social de la Iglesia, citaba las encíclicas sociales y los discursos del Papa Juan Pablo II y del Primado de Polonia, el cardenal Stefan Wyszynski. Se convertía, así, en uno de los líderes espirituales y morales más representativos de la resistencia de Polonia.
El Padre Popieluszko fue brutalmente asesinado el 19 de octubre de 1984, cuando sólo tenía 37 años. Tres agentes del régimen comunista secuestraron al sacerdote en un coche, le torturaron brutalmente y le arrojaron aún con vida al río Vístula para que muriera ahogado.
En el día en que conmemoramos a Jerzy Popieluszko, te sugiero que le pidas tener ese coraje que tuvo para defender la fe y la justicia social.
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