14 de mayo de 2018

¡MARCHA, SEÑOR, PERO ACOMPÁÑANOS!




¡MARCHA, SEÑOR, PERO ACOMPÁÑANOS!

Oh, Señor,  gracias por tus palabras que nos dieron vida
y por tu  mano que nos regalaron la salud
Oh, Señor,  gracias por tus gestos
que nos  hicieron pensar en la Salvación de Dios
y, por tus  ojos, que nos llevaron a rumiar en lo eterno
Gracias,  Señor, por tus caminos
que nos  hicieron abandonar los nuestros
egoístas y  perdidos en sí mismos
o colapsados  del polvo, mentira y tristeza
Después de  tu tiempo, marcha Señor hacia el cielo
pero, desde  las alturas, no dejes de guiarnos.
Que,  nuestras voces, necesitarán de tu voz
que,  nuestros pies, pedirán impulso de tu Espíritu
que, nuestro  corazón, reclamará amor de tu Amor.


¡MARCHA, SEÑOR, PERO ACOMPÁÑANOS!
Que, en tu  Ascensión, queremos agarrarnos nosotros
para  compartir y ansiar la eternidad
Que, en tu  Ascensión, nos dejas pistas y senderos
que conducen  hacia esa Ciudad de Dios
Que, después  de tu trabajo valiente y sincero
mereces ser  coronado y festejado
en ese lugar  cerca del Padre, en estancia feliz del cielo


¡MARCHA, SEÑOR, PERO ACOMPÁÑANOS!
Que, sin tu  mirada, nuestras miradas caerán hacia el suelo
Que, sin tu  mano, nuestros ideales se cruzarán de brazos
Que, sin tus  palabras, nuestros labios se cerrarán en dique seco
Que, sin tu  corazón, nuestros amores serán necios o mezquinos


¡MARCHA, SEÑOR, PERO ACOMPÁÑANOS!
No te  decimos, Señor, adiós sino ¡hasta pronto!
Porque, bien  sabemos, amigo y Señor,
que todo lo  que dices o prometes, siempre cumples
Que, tarde o  temprano, de mañana o en la oscura noche
vendrás,  regresarás en definitiva vuelta hasta nosotros
para que se  cumpla, de una vez para siempre,
la Salvación  que todos creemos, rezamos, añoramos y esperamos.
Amén.

¡MARCHA, SEÑOR, PERO NO TE OLVIDES DE NOSOTROS!

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