Oración
Corazón amantísimo de Jesús digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me manche de la culpa de la ingratitud, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.
Por cuanto son pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro.
Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía María.
Dispón de mí y de mis cosas, Señor, según el beneplácito de tu Corazón. Amén.
23.-FRENTE A TANTO MAL
Cuando San Juan Bautista desde la prisión envió a dos de sus discípulos a Jesús para pedirle si era verdaderamente el redentor prometido. Jesús, por toda respuesta se refirió a los frutos: "Id y referid a Juan que los ciegos ven, los cojos andan, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados". Jesús quiere nuestra salvación. Él vive y obra por nosotros; por nosotros muere en la cruz.
Siembra mucho, siembra a manos llenas el bien; no se perderá en la tierra; fructificará siempre para el cielo.
¡Cuántos defectos en las personas que tú conoces, que tú quieres! ¡Cuántas malas inclinaciones y quizá cuántos escándalos! Tú sabes que la caridad cristiana obliga a todos a la corrección fraterna.
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