14 de febrero de 2018

Entréname, Señor



ENTRÉNAME, SEÑOR

Quiero estar preparado, por  Ti y contigo,
para que la dureza de la  cruz no me sorprenda
y que lejos, de asustarme,
vea en ella un exponente y  un altavoz de tu gloria.
Quiero mantenerme en forma,
para no perder el ritmo de  la fe
y no se apague el brillo de  mi esperanza.
Porque, temo que si Tú no  vas conmigo,
el maligno aproveche  cualquier fisura
y se adentre en lo más hondo  de mis entrañas.


ENTRÉNAME,  SEÑOR

Quiero jugar contigo el gran  partido de la Pascua;
ahora, con el color morado  de la penitencia,
pero pronto, en la alborada  de Resurrección,
con el color blanco del  triunfo de la VIDA
Sí; Señor, quiero que en  estos 40 días
me enseñes a mirar hacia el  cielo
me indiques como entregarme  a mis hermanos
me recuerdes que,
en la sobriedad y no en la  abundancia,
está la riqueza y la  felicidad de mis años.


ENTRÉNAME,  SEÑOR

Y que pueda volver de los  caminos equivocados
y que, postrándome ante Ti,
pueda decir sin temor ni vergüenza  alguna:
he pecado, no merezco ser de  los tuyos,
“trátame como a uno de tus  jornaleros”
Necesito correr, Señor,
recuperar el estilo de un  auténtico creyente
y hablarte, con oraciones  que nacen en el silencio.
Escuchar palabras que sanan  y salvan
Corregir pautas y  comportamientos,
actitudes y olvidos
que me alejaron de Ti hace  tiempo.


ENTRÉNAME, SEÑOR

Y, haz que esta Santa  Cuaresma,
sea una oportunidad para  acercarme a todo ello.
Amén.

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