26 de febrero de 2024

Salmo 103 III

 



Salmo 103 III


¡Cuántas son tus obras, Señor,

y todas las hiciste con sabiduría!;

la tierra está llena de tus creaturas.


Ahí está el mar: ancho y dilatado,

en él bullen, sin número,

animales pequeños y grandes;

lo surcan las naves, y el Leviatán

que modelaste para que retoce.


Todos ellos aguardan

a que les eches comida a su tiempo:

se la echas, y la atrapan;

abres tu mano, y se sacian de bienes;


escondes tu rostro, y se espantan;

les retiras el aliento, y expiran

y vuelven a ser polvo;

envías tu aliento, y los creas,

y repueblas la faz de la tierra.


Gloria a Dios para siempre,

goce el Señor con sus obras.

Cuando él mira la tierra, ella tiembla;

cuando toca los montes, humean.


Cantaré al Señor mientras viva,

tocaré para mi Dios mientras exista:

que le sea agradable mi poema,

y yo me alegraré con el Señor.


Que se acaben los pecadores en la tierra,

que los malvados no existan más.

¡Bendice, alma mía, al Señor!


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


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