Día 21
Hoy te propongo meditar sobre la envidia con la ayuda de las palabras de San Vicente de Paúl: Fue la envidia la que impulsó a Judas a vender a Nuestro Señor. Podemos decir que tiene un poder muy grande cuando se aloja en el alma de alguien, ya que llevó a la muerte al autor de la misma vida. La envidia quita la paz de la conciencia y esto es un gran mal; tanto que, cuando uno no está tranquilo en su interior no tiene más que pena y tristeza. Los malditos pensamientos de la envidia son como un gusano que roe el corazón, quita la paz y hace que sintamos pesar, no solo de ver que los demás tienen buena reputación, sino también de los bienes interiores del alma.
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